QUE LAS LUCES NO TE
MIENTAN
Cercada de sueños. Sentada en algún
cordón, de alguna vereda. En algún lugar.
Admiraba aquella cercanía que la
vida tenia conmigo.
Sin sentido, seducía incansablemente
al destino.
Empujaba mis cercas ya oxidadas.
Controlaba mis fuerzas para no
romperme.
Aquellos solo miraban sobre sus
ojos.
Y así, en cualquier lugar del
universo, en cualquier momento del tiempo, envejezco en la alegría de poseer
cada vez menos.
Las luces me mienten aunque creo
que me cuidan.
Me embeben y me escurren sin
hacer ruido.
Me gastan en alma en intentos
tardíos.
Y besan,
Y abrazan.
Soledad, ten piedad de mí.
Hazme inmune a tu alevosía. Contrólate,
Que en tu jaque pastor,
Me encuentras conmigo.
No hay rastros, ni pasos.
No hay senda más que mis ojos
cerrados
Donde no hay luz.
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