lunes, 25 de junio de 2012

El desencuentro cuando me encuentro





El desencuentro con el otro en el encuentro conmigo misma.

¿Que valores son los que manejan las personas si cuando me soy fiel a mi misma los decepciono?
¿Cómo me quieren si cuando me correspondo y me hago bien, a ellos los lastimo?
¿Será solo la época de transición en la que algunos quedan atrás?,
Pero si mi vida se basa en cambio y transición, eso significa que cíclicamente las personas irán fluctuando en mi vida,  quizás, una buena manera de no sufrir por tal cosa es no poseer nunca a nadie, sino solo disfrutar su paso por mi lado.  

Será que el egoísmo esta mal visto. Cuando es en realidad lo que nos ayuda a ser mejores con los demás.
¿Que efecto tiene la verdad sobre la gente que nos rodea?
Claramente cuidar, ayudar y ponerse a disposición de alguien para hacerlo sentir bien es un muy buen sentimiento para nosotros mismos, pero cuando esta manera de manejarse se vuelve lo cotidiano y lo constante, nos provoca a la larga una dependencia y una búsqueda de personas necesitadas de afecto a las que intentamos “rescatar”.
El problema es que una vez que el destinatario de nuestra buena fe recupera su confianza y soluciona sus problemas, nuestra ayuda se le convierte en algo prescindible y hasta agobiante. Ahí es donde nosotros perdemos la brújula e intentamos que la persona a la que ayudamos siga necesitándonos, queremos que vuelva a depender.
Esto sucede un tiempo hasta que el juego se hace visible, la otra parte comienza a alejarse, y nosotros perdemos el sentido y el círculo comienza de nuevo en búsqueda de una nueva victima.
Creo que lo más terrible de esta manera de funcionar es que el vacío empieza a apoderarse de nosotros.
Nos ocupamos de alguien más para no hacer frente a lo que tenemos que atender, nuestro interior. Pero necesariamente me surge la pregunta:
¿Por qué no queremos hacernos cargo de nosotros mismos?

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