lunes, 4 de junio de 2012

MITAD DE AÑO...









PARA ESCUCHAR CON MUSICA 



Vivaldi – winter

Acorralada en ese callejón sin salida diviso las sombras que se acercan a mi mente como aguas danzantes que explotan en mis ojos temblorosos de terror.
Me alejo, pero mi espalda recorre ese muro frío e inalcanzable que mantiene mis pensamientos centrados.
Y no me dañan, y solo se acercan y bailan.
Mis músculos se relajan y empiezan a amanecer con su ritmo.
Pero se secan,
cual uvas en el invierno. Pequeñas caen sobre mi cuerpo y me tiñen de sus colores. Apoderándose y pintando cada centímetro de mi ser.

Vivaldi- el otoño

Diciembre del año que amanecía lento entre las maderas de mi ventana. El calor de mi cuerpo y mi respiración me impedían ver que era lo que pasaba fuera.
Pequeños trozos de algodón se deslizaban en el aire, desnudos, hacia abajo con la paz entre sus brazos.
En mis ojos absortos y lo que quedaba de mi cuerpo mi voz hizo un esfuerzo invalido por manifestarse. Sabia que debía irme hacia algo mejor, pero ese cuerpo inmóvil no necesito mas.
Y ahí estoy todavía, en el asombro de la ignorancia. Esa bella ignorancia de la pureza que nos contuvo siempre.
Con mis 5 años a cuestas y muchos que no tengo. 

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