De a poco y
con dedicación iremos descubriendo quienes somos, que mecanismos utilizamos, y
podremos estrecharnos la mano o cambiar si nos disgusta lo que encontremos.
Emprenderemos un camino solitario y quizás ermitaño hasta que podamos acoplarlo
a nuestra vida cotidiana. Probablemente a medida que avancemos vayamos
sintiendo que la soledad se apodera de nosotros, pero sin asustarnos tendremos
q entender que la soledad es la que queda después de vaciarnos de la vida de
terceros para empezar a llenarnos de nosotros. Empezamos a quitar
responsabilidades que no son nuestras, presunciones sobre los demás,
conclusiones sobre hipótesis fundadas en los pensamientos mas insólitos e
insostenibles, quitamos todo lo que nos hace desviarnos de responsabilizarnos
de nosotros mismos y ahí es cuando nos encontramos en un vacío, en una
transición vertiginosa. Cuando llegamos a este punto, incluso mucho antes,
cuando empezamos a despertar, comienza un camino poderoso sin freno, no existe
vuelta atrás, no hay manera de volver a elegir con alegría la vida que teníamos
antes, indefectiblemente cambiaremos. Ya
hemos cambiado.
Así, este
proceso es aplicable a todos los aspectos de nuestra vida, cuando dejamos de
creer en la fidelidad como medio para conseguir una pareja feliz, cuando
dejamos de aceptar un condicionamiento que solo nos presiona, cuando dejamos de
pretender del otro cosas que no podemos dar, cuando de verdad aceptamos que
somos dos personas libres que se eligen pero que pueden en cualquier momento
tomar otro camino empezamos a disfrutar mas los momentos presentes, a sentirnos
mas libres, dejamos de proyectar cosas que solo alimentan la ansiedad y
posponen la felicidad que existe en este momento. Aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario